Si estás empezando a desarrollar tu carrera como redactor, seguro que alguna vez has pensado en cómo mejorar tus artículos. Pues bien, tengo una noticia buena y una mala. La buena es que siempre podrás mejorar tus artículos. La mala es la misma.
Lo que quiero decir es que, aunque lleves mucho tiempo escribiendo y ya tengas bastante callo en los dedos, ésta no es una profesión –ni una afición– en la que se deje de aprender.
No te deprimas. El hecho de que siempre puedas mejorar tus artículos no quiere decir que no escribas bien. De hecho, estoy seguro de que escribes mucho mejor de lo que piensas. Y, también que, si pudieran hacerlo, muchos grandes escritores clásicos retocarían algunas de esas obras que los encumbraron antaño.
De todas maneras, hay algunas cosas que deberías tener en cuenta y que te pueden ser muy útiles cada vez que afrontes un artículo. No esperes un listado de elementos fijos que tengas que añadir a tus textos, porque escribir no es una ciencia con una fórmula infalible. Pero sí que puedes trabajar para conformar tu estilo y conseguir un texto eficaz.
La gente que te lee quiere entenderte y tú quieres que te entiendan, así que no se lo pongas difícil. Escribes para comunicar y, si lo haces de una manera sencilla, la gente que te lee captará más fácilmente tu mensaje.
No tienes que escribir para un niño de tres años, pero tampoco es necesario que tus textos parezcan una tesis doctoral. Busca el equilibrio entre ambos extremos y, sobre todo, piensa en quién es tu lector y qué es lo que busca en tus artículos.
Se supone que escribes sobre cosas que conoces y, si no es así, debería parecerlo. Sea cual sea el caso, en tus escritos tienes que demostrar confianza. Cuando tengas que expresar tus opiniones, hazlo seguro de ti mismo, no tengas miedo. No dejes espacio a los dobles sentidos ni sustentes tu escrito en preguntas al aire. Tus lectores tienen que salir de tu artículo con una noción clara de lo que les has contado.
Esto va no solo por cada uno de tus textos, sino por el conjunto de ellos. Es mejor que escribas un buen artículo corto que uno regular y largo. Y también es mejor que escribas un texto bueno que cinco textos de relleno.
Lo importantes es escribir mejores artículos, no más artículos
Hay gente que piensa que, cuanto más se escriba, mejor. También existe la creencia de los artículos más largos se posicionan mejor. Todo esto hay que cogerlo con pinzas. Si eres capaz de escribir un artículo bueno todos los días, adelante. Si puedes hacerlo de más de dos párrafos, también. Pero si el texto que manejas no da más de sí, no lo alargues artificialmente. Y si no tienes buenos temas que tratar, no rellenes tu blog de paja.
Escribes para que te lean y te conviene estudiar cómo son tus lectores. En primer lugar, los que quieres que sean tus lectores, para saber qué es lo que les interesa y cómo tienes que contárselo. Si tu audiencia no se siente cómoda con el lenguaje que usas y con los temas que tratas, dejará de leerte.
Puedes aprender mucho de tus lectores
Cuando tengas que interactuar con tu audiencia, hazlo con respeto y educación. Eso siempre se agradece. Lo que no debes hacer es tratar con desprecio, entrar al trapo con los troles ni obviar los comentarios o preguntas que te hagan. Piensa que ellos le dedican un tiempo a responderte y que, además, cualquier cosa que te digan te puede resultar de gran utilidad.
Éste es uno de los mejores consejos que te puedo dar para escribir mejores artículos. Si te muestras tal como eres, transmitirás de una manera mucho más directa y natural a tus lectores y ellos te percibirán de un modo más cercano y sincero. En otras palabras, si no tratas de aparentar lo que no eres, ganarás credibilidad y aumentará tu reputación.
También es uno de los consejos más difíciles de llevar a cabo, porque escribir no es lo mismo que hablar. Tenemos la oportunidad de planificar y reescribir, y esto conlleva el riesgo de perder naturalidad. Pero, con un poco de práctica, podrás conformar tu estilo personal y único. Y, cuando lo vayas definiendo, tus artículos serán cada vez mejores.